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LA DIRECTIVA

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Gabriel Cruz López

En el año 1967, Joaquín Narvayza Velazco y María Sosa Chinchay, una pareja de jóvenes agricultores de café, se hicieron cargo del cuidado de Gabriel Cruz López, lo adoptaron cuando apenas tenía 2 años de edad y  ellos le transmitieron sus valores y tradiciones en cuanto al cultivo cafetalero de la familia.

Gabriel no formó un hogar con esposa e hijos, lo formo con sus plantas, con sus bayas rojas, con el paisaje verde de sus 4 hectáreas, con Dios y su fe en la iglesia católica.

A los 53 años de edad, se abraza de sus cultivos como si se abrazara con sus hijos; no solo se empeña en el cuidado de ellos, ama lo que hace.

Es muy temprano en la mañana y como todos los días, Gabriel sale de su casa, respira fuertemente el aire puro y con delicado aroma a café  y se dirige a la Asamblea de Caficultores Alto Cajamarca, ya que es un importante miembro. Se le confió la Presidencia debido precisamente al enorme compromiso que mantiene a sus valores y principios.

Mientras se dirige del Caserío Balcones hacía el punto de reunión, su pequeña silueta de hombre luchador e incansable, se va perdiendo por los vaivenes de las avenidas de Chirinos.

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Mirtha Ocaña

Es una mujer fuerte, de ideas firmes, que sabe enfrentar los retos que se presentan. Claro, tenía que ser así, ya que era única mujer entre 5 hermanos hombres, y desde pequeña reclamaba su espacio, como dicen sus hermanos, sabía lo que quería y siempre lograba hacerse oír.

 

Criada en una familia de caficultores, y siendo sus padres Florentino Ocaña Rodriguez y Martina Neyra Choquehuanca, desde corta edad amaba la agricultura y mientras crecía fue aprendiendo todo lo relacionado al café, llegando a ser toda una experta y muy valorada en la región. Ella es actualmente la Gerente General de Caficultores Alto Cajamarca.

 

Pero curiosamente, antes que la Mama Pacha la termine de convencer que su lugar estaba entre cafetos, su espíritu emprendedor la llevó primero a coquetear con la posibilidad de entrar a la Escuela Naval, hasta que finalmente decidió que mejor sería estudiar en la universidad y se graduó como Ingeniera Civil.

 

Ya son lejanos los tiempos en que se iba de su natal Chirinos al colegio, jugando y siendo una pequeña niña que debía defenderse de las bromas de sus hermanos. Pero como ella misma dice “eso me forjó un espíritu guerrero” que la ha hecho escalar tan alto como el lugar donde se produce el café, a casi 2000 metros sobre el nivel del mar.

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